Son raras las ocasiones en las que los periódicos se ponen de acuerdo para escribir las noticias de portada, pero a veces sucede. Hoy tres individuos encapuchados eran los protagonistas del papel, para decir otra vez que cesan sus acciones armadas. Y ahora que? nos lo creemos o aplicamos la fórmula de pedro y el lobo?. Es más factible la segunda, son demasiadas heridas en la misma mano, esa que tantas y tantas veces se ha pintado de blanco, la que pidió libertad hasta dejarse las uñas, la que una vez tras otra volvía al bolsillo del que había salido, para convertirse en un puño lleno de rencor e impotencia.
Si todo llegara a ser verdad y por fín toda esta historia acabara ¿qué debe hacerse?, ¿perdonar? ¿olvidar?. Resultará díficil eliminar de la memoria el 19 de junio de 1987 o el siete de mayo del 2000 o la tarde del 12 de julio de 1997, cuando todos pendiamos de un hilo que terminó por romperse.
De nuevo vuelve a entrar en juego el miedo, pero esta vez se ha ído al bando contrario, a la parte que siempre se salía con la suya y que menos razón de ser tenía. Abogamos siempre por la democracia, por la paz, por vivir en una sociedad moderada pero hay quienes por mucho que lo pidan y por mucho que se "arrepientan" no merecen formar parte de ello. Esperemos que, al igual que hoy los periódicos se pusieron en el mismo lugar, todos aquellos que deben tomar decisiones también lo hagan, si es cierto aquello de "la unión hace la fuerza" seguro que no existe mejor momento para hacerlo palpable.
Por el momento mi bando es aquel que dice "no me creo nada".
1 comentario:
Que bien escribes, Bego, ¡me encanta!
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