martes, 4 de noviembre de 2008

Una de tantas...


La llamaban la niña mona de la calle rosa. Ojos grises, pelo negro. Vivía entre el humo en los pulmones y el ron añejo de “Casa Javier”. Nunca quiso estudiar, su sueño era ser cantante de rock. Con su melena al viento, su chupa de cuero y sus botines de tacón. No tenía buen oído. Para algunos tampoco buena voz. Muchos le prometieron la fama, otros simplemente una actuación, pero ninguno daba nada, a la mañana siguiente, al salir el sol. Cantó en bares de mala muerte, de mal nombre y reputación. Ganaba para tabaco y algún chupito de ron. Pasó noches en vela, esperando su ocasión, mientras más hombres prometían, una y otra vez, la misma canción. Dejo de creer en algo, en ella misma y en su alrededor. Los años fueron pasando, su sueño se esfumó, no llego a ser cantante, ni tan siquiera famosa del corazón. Pero hoy, tras diez años transcurridos sin pena ni pasión, todo el mundo conoce la historia de la niña mona de la calle rosa que quiso ser estrella del rock.

3 comentarios:

obaobab dijo...

y tú eres una niña mona, vestida de rosa???
lo de rosa nose, pero niña mona si que eres eres!!!!!
besus

Iker dijo...

Pues ando como siempre más o menos,jeje. A ver si coincidimos algún dia y me cantas algo, que tienes una voz muy chula, ya te lo dije en una ocasión.

Helena dijo...

Je,je!!
Pues allí nos veremos!
Un beso!

helena