domingo, 2 de noviembre de 2008

Domingo


Madrid es otra los domingos por la mañana. Pocas veces puedo disfrutar de ella a horas tan tempranas pero cuando lo hago resulta sobrecogedor. Todo está en calma, los más madrugadores caminan tranquilos con su prensa y su bolsa de papel repleta de churros. El olor a chocolate recién hecho inunda el asfalto por donde apenas sobrevuela el tráfico. Los domingos son silenciosos, no se escuchan bocinas, ni frenazos ante un semáforo en rojo, ni siquiera sirenas de ambulancia en plena efervescencia. Los domingos nadie enferma. Hasta los días grises parecen soleados en la esquina de la Gran Vía con la avenida del descanso dominical. Salgo abrigada hasta las cejas. Se me empañan las pupilas por el frío. Se me pega a los huesos. No importa. Los domingos el frío no congela, sólo despierta los sentidos. Madrid parece otra ciudad, no es brusca, ni maleducada. Los domingos hasta el aire es puro. Me gustan los domingos madrileños, castizos, de chotis y organillo, de cerveza y calamares, de latina y lavapies. Madrid deja de ser durante unas horas pura materia gris.

4 comentarios:

Tiny dancer dijo...

los domingos de rastro y latina después de un buen chocolate con churros para desayunar.

madrid, esa ciudad que tanto odiaba y que tanto quiero ahora.

obaobab dijo...

no sabes cómo me apetece pasar un domingo de esos contigo....
besinos

Helena dijo...

El jueves nos vemos monada!!!!
Yo voy el miércoles, te habarás enterado de mi gran cagada.
jeje.
A ver si te llamo hoy o mañana ok?
Un besito guapa!

Iker dijo...

Como va eso Begoña?